"Hasta la iluminación", un documental sobre yoga

Me gustaría comentar y recomendar este documental que vi el otro día gracias a Internet: “Enlighten Up” escrita y dirigida por Kate Churchill. Un documental de poco más de 1,20 h. sobre yoga.

A través de la mirada de un principiante, un joven periodista americano de 28 años que prueba diversos estilos y gurús en un recorrido que va desde Norteamérica a la India, vemos un amplio abanico de formas de practicar yoga.


No sabemos muy bien lo que es, quizá una técnica para estar bien y ligar mejor, o una filosofía, o un entrenamiento del cuerpo, o una espiritualidad que se está reinventando de nuevo desde hace nada más que 100 años, desde finales del siglo XIX, y que ahora parece eclosionar, como manifiesta lúcidamente Joseph Alter, profesor de la Universidad de Pittsburgh.

Este ágil y entretenido recorrido por el yoga de nuestro tiempo visto en la mirada limpia y aparentemente libre de un principiante como es Nick, el protagonista, nos lleva desde los centros de Nueva York a los asrham de la India, con los grandes yoguis de nuestro tiempo, Pattabhi Jois, Iyengar o Swamiji, menos conocido este último en Occidente porque practica bakthi yoga, yoga devocional, sin arraigo entre nosotros.

Bakthi yoga, Kirtan yoga, Ashtanga yoga, Bikram yoga, yoga Iyengar…, vamos pasando por muchas e importantes prácticas de yoga en busca de algo que quiere averiguar el joven periodista: cual es la aportación del yoga a la felicidad. ¿Es una aportación basada en el entrenamiento físico o en la espiritualidad? Como un buen y honesto periodista occidental quiere hechos, conceptos claros, actividad concreta, y no respuestas evanescentes o imágenes vagas de beatitud. Aunque ese mundo le atrae de una manera enigmática. Podemos comprenderlo.

Al principio del documental, en la presentación del personaje, entendemos sus dudas y la dicotomía de su mundo. Sus padres, divorciados cuando él tenía dos años, son muy diferentes: el padre, un hombre elegantemente vestido, seguro de sí, riguroso y preciso, con un espacio vital alrededor amplio y que quiere despejado, está acostumbrado a bregar con los hechos porque es un abogado criminalista y en su trabajo los hechos son fundamentales para condenar o absolver a un acusado.

Luego Nick define a a su madre como una chamán sanadora, con ciertas dudas, como si no estuviera muy seguro, y vemos a una mujer amable, con un vestido largo, vagamente hippy. Dos escenas preciosas nos muestran muy claramente la disyuntiva de Nick. En una apenas se atreve a tocarle levemente la pierna a su padre mientras éste se ajusta la corbata; en la otra escena se abraza largamente dando protección a su madre que cierra los ojos y no se suelta. Un abrazo intenso, casi exagerado, un abrazo que es todo una expresión emocional y de descarga.

Nick busca los hechos del yoga y también con el rabillo del ojo el sutil lenguaje espiritual que emana como una fragancia de su práctica. Así recorremos, a través de escenas y cortas entrevistas, afirmaciones, hechos, y algunas sutilezas difícilmente comprensibles con el lenguaje de los hechos. 

Recorremos con Nick todo este mundo durante unos cortos 82 minutos, y a cada uno le impresionará o le convencerá una cosa. A mi me impresiona especialmente Pattabhi Jois con su mirada intensa, la tranquilidad suprema de sus movimientos, lleno de oros, diciendo con afabilidad y al mismo tiempo majestad que en el yoga son importantes la práctica física y la espiritual, y que yoga es “chitta vritti nirodha”, la eliminación de las fluctuaciones mentales.

Me impresiona también el carácter arisco y difícil, lleno de fuerza y determinación, de Iyengar, y la viveza y la dulzura en los ojos de Swamiji cuando habla de que el yoga trata sobre todo de hacer emerger lo que somos cada uno, nuestra conciencia amplia y al mismo tiempo única, ser el que se es, desvelándonos de nuestros problemas, crisis y heridas.

Pero quizá lo más impresionante del documental es el juego de preguntas y respuestas que se establece entre la mente de principiante de Nick, pura, investigadora, tan asertiva y también tan dispuesta a vibrar y a aprender, sin dioses ni prejuicios paralizantes, y las respuestas más o menos esclarecedoras, más o menos bellas o inspiradoras o intimidatorias, de las personas de experiencia. Ese baile de la vida, del aprendizaje, de la práctica y de la búsqueda que todos llevamos a cabo.

No os entretengo más. Vedlo y luego decidme: ¿Qué es lo que más os impresiona a vosotros/as?