El reto de vivir 100 años

En estos días  de mayo de 2013 se ha publicado en España el libro “La enzima prodigiosa: una forma de vida sin enfermar”, del autor japonés afincado en EE.UU. Hiromi Shinya, un gran éxito desde su publicación en 2008, con más de 2.000.000 de ejemplares vendidos.

La alta incidencia de cáncer y otras enfermedades en nuestra sociedad desarrollada es un tema que nos preocupa a todos, tanto por los costes económicos como por la sospecha de que hay algo muy venenoso en esta sociedad nuestra basada en el consumo.


Es cierto que se han logrado vencer enfermedades infecciosas y problemas en los recién nacidos, lo que ha permitido que un número cada vez mayor de personas llegue a la vejez. De algo hay que morir, dicen algunos. El cáncer se ha convertido en el gran matarife de una sociedad que se hace cada vez más vieja. Pero no deja de ser una plaga y una amenaza que nos atemoriza, por eso los libros que hablan de cómo vivir con salud una larga vida están teniendo cada vez más éxito.

Hiromi Shinya no es un curandero con fórmulas mágicas. Para nada. Es un importante médico, jefe de la Unidad de Endoscopia del Centro Médico Beth Israel en Nueva York, que atiende también a la familia real japonesa. A través del análisis del colon, un órgano que refleja con gran precisión la salud de la persona, ha llegado a unas conclusiones que deben ser muy eficaces a juzgar por el aspecto saludable de este hombre que tenía 73 años cuando escribió el libro.
  • La proporción de alimentos vegetales en nuestra dieta debe ser un 80%, y los de origen animal un 20% como máximo. Los granos sin refinar deben constituir el 50% de nuestro régimen diario.
  • Debemos masticar cada bocado una media de 50 veces y beber fuera de las comidas de 6 a 10 vasos al día de “agua buena”, que es aquella ionizada, que no tiene cloro y contiene una buena cantidad de minerales.
  • Aconseja descartar la leche y sus derivados (y absolutamente la margarina que la considera veneno puro), el té, el alcohol y el tabaco, junto a la carne de animales con sangre más caliente que la nuestra.
  • Recomienda, quizá influido por su cuna japonesa, ingerir proteínas procedentes del pescado. 
  • La actividad sexual es una fuente de salud que hay que prolongar lo más posible (¡vaya!, menos mal, algo fácil).
  • La última comida hay que hacerla 5 horas antes de acostarse.
  • Es necesario un ejercicio moderado acorde con nuestra edad y características, sin pereza ni exageraciones.
  • Los medicamentos hay que considerarlos perjudiciales porque, aunque a veces sean necesarios, restan energía y desequilibran el organismo.
Aunque algunas conclusiones (hay muchas más, pero éstas podrían considerarse las principales) puedan parecer extrañas y de difícil justificación racional, no es así. El doctor Shinya cree que la clave de la salud está en el trabajo de las 5000 enzimas que funcionan en nuestro cuerpo y, principalmente de la preservación y acrecentamiento de “la enzima prodigiosa”, como periodísticamente la denomina, una enzima madre que puede convertirse en cualquier enzima de las que trabajan en nuestro cuerpo en función de sus necesidades concretas.

Esta enzima madre es un reservorio de salud y una medicina natural, porque Shinya mantiene que los miles de pacientes a los que ha tenido que extirpar un tumor maligno y han seguido su dieta para preservarla y acrecentarla no han vuelto a recaer en ningún caso. Una excelente noticia.


Sri Swami Sivananda Saraswati Maharaj, el fundador de la Divine Life Society, los centros Sivananda que hoy están repartidos por todo el mundo, nacido en 1887, también estudió medicina. Su prodigiosa vida de aventura y entrega a los demás, de gurú, médico y yogui la ha contado él mismo con gracia y ternura, salpicada en sus más de 300 libros. Entre ellos hay uno que tiene mucho que ver con el tema que nos ocupa: “Cómo vivir 100 años”.

Veamos también algunas conclusiones suyas:
  • "¿Cómo vivir cien años? Vida simple y pensamiento elevado”, dice en la introducción.
  • "Si te has equivocado en el pasado, corrígete para el futuro. Controla la ira, la lujuria, la codicia y el odio."
  • El agua es muy necesaria para beber y limpiar los órganos internos. Como el doctor Shinya,  Sivananda aconseja beber agua fuera de las comidas, antes o 3 horas después.
  • La comida mejor es la de raíces y frutas. Aconseja tomar leche, al contrario que Hiromi Shinya, e igual que él aconseja evitar absolutamente el alcohol, el arroz blanco sin su cáscara, el tabaco, el té y el café.
  •  "La pereza es mala para la salud. Una mente desocupada es el taller del diablo", dice.
  • La preservación de la energía creativa del hombre lleva a la perfección del cuerpo, el rejuvenecimiento y la longevidad. Hay que ser muy cuidadoso y frugal con el sexo.
  • Con cierta ironía afirma: “No te preocupes. Nunca te apures. No comas lo que llamas comidas rápidas. Ten una alimentación nutritiva. Duerme siete horas diarias. Nunca bromees con los médicos y no vayas a la farmacia salvo que sea para obtener un sello o para consultar el directorio. Cuando llegues a los noventa años, podrás hacer lo que quieras.”
  • Tú eres divino -declara en diversos sitios-, vive de acuerdo a ello... Siente y experimenta tu Naturaleza Divina... Tú eres el amo de tu destino... Extrae valor y fuerza espiritual de tu interior, allí hay un vasto e inagotable reservorio de poder y conocimiento. Aprende las formas de aprovechar ese manantial...
  • El secreto de la longevidad la basa principalmente en la discreción en la elección de la comida y la bebida, en la moderación, la sensatez, la castidad y una visión optimista de la vida.
  • Sivananda defiende el ayuno regular y no comer cuando se enferma para que “la fuerza vital” no se ocupe de la digestión sino de curar la enfermedad.
  • Para terminar, entre las muchas recomendaciones que contiene el libro, entresaco ésta: “En la actualidad, la vida es muy compleja. Las personas han adquirido hábitos lujosos. No tienen control sobre sus sentidos. Sus hábitos son muy irregulares. El mismo problema de la comida se ha vuelto muy difícil y tedioso. La gente no tiene el tiempo suficiente como para dedicarse al cultivo del Ser y a pensamientos sobre Dios o el Atman.”
Reunir las conclusiones de ambos investigadores de la salud, cada uno en su tiempo y en sus circunstancias, puede resultarnos útil para darnos cuenta de que no difieren sustancialmente. Proclaman la moderación en general, la austeridad, la ingestión de comida cruda o cocida y “viva”, beber agua buena, hábitos regulares, el esfuerzo diario.

Sin embargo hay también diferencias.

El doctor Hiromi Shinya insiste en el cuidado del cuerpo y, aunque declara la interrelación que existe en todo él y entre sus distintos órganos, se ocupa muy poco de la salud psicológica y espiritual, más allá de abstractas consideraciones sobre buscar la felicidad y una motivación vital que nos empuje a la acción. 

Sri Swami Sivananda considera el cuerpo como “un bote para cruzar el océano de la existencia fenoménica. Por lo tanto, debería mantenerse fuerte y saludable”. Pero no se para ahí.

Sivananda en Maha Samadhi, eligiendo el día de su muerte
Sivananda nos ofrece lo que en general nos ofrece el yoga. El yoga no solo nos ofrece salud y larga vida a través de la dieta, el ejercicio, el orden vital y la frugalidad; también nos ofrece energía a través de la respiración; agudeza mental con los ejercicios de concentración; liberación del deseo, y por tanto de la envidia y de la ira, con la meditación; y sentido trascendente y luminosidad con el desarrollo de nuestra espiritualidad

La sabiduría del yogui Stephen Cope

Stephen Cope es un yogui y profesor de yoga en el Centro Kripalu en Massachusetts en EE.UU., psicoterapeuta y escritor, además de, por lo visto, pianista. Ha escrito varios libros. Entre ellos uno traducido y publicado en español en 2006 por Gaia Ediciones que se titula“La sabiduría del Yoga : guía de la vida extraordinaria para el buscador espiritual”.

Me gustaría hacer aquí un pequeño comentario porque el libro me ha producido una honda impresión. Me ha resultado ameno, incluso divertido a veces, con una gran capacidad de explicar los Yoga Sutras de Patanjali y los fundamentos más profundos y difíciles del yoga de una manera cercana a nuestra mentalidad occidental, racional y al mismo tiempo cada vez más penetrada por lo psicológico y por la búsqueda de una espiritualidad nueva que enraíce en nuestra realidad contemporánea. Ya decía Jung que casi todos los problemas con los que se encontraba en pacientes que estaban en la mitad de la vida eran en última estancia problemas de identidad espiritual.

Stephen Cope nos cuenta la vida de algunos de sus alumnos de yoga, sus problemas, su búsqueda, su entendimiento del yoga y su vida cotidiana de manera cariñosa, sencilla, entretenida, penetrante y luminosa. En este fondo tan humano traza el dibujo de los Yoga Sutras, insertándolos de una manera muy sabia en nuestros problemas cotidianos que se han ido convirtiendo en sufrimiento psicológico e insuficiencia vital.

¡Cómo se lo he agradecido! Me paso la vida intentando impregnar mi vida cotidiana de yoga. Intento acercarlo y dar sentido a través de él a mis anhelos de yogui en Cuatro Caminos, en esta plaza de Madrid, bulliciosa y acogedora, que es un espejo vivo de los problemas y circunstancias de nuestro mundo en crisis.

Intento entender el yoga en lo más íntimo de mi ser, dándole un sentido personal y actual para que sirva como herramienta y luz en las cambios de mi vida, sin conseguirlo a veces.

Creo firmemente que el yoga es una herramienta magnífica para mejorar muchos problemas que traen las personas a mis sesiones de psicoterapia. Leo los Yoga Sutras con detenimiento y veneración, y los comentarios que sabios yoguis han hecho de ellos. Algunos creo entenderlos, otros pienso un poco abatido que no son para mí, ni para este tiempo de prisa y estrés.

¡Las cosas que dice Patanjali! ¡Lo extraordinario que puede parecer el yoga en estos aforismos tan comprimidos! ¡Lo difícil que parece! ¡Lo misterioso! ¡Lo milagroso! Y después viene la duda, y la tentación del descreimiento, tan occidentales.

No será para tanto, me digo a veces, desalentado. O me digo: a mi con una versión descafeinada me basta, la radicalidad del yoga no es para estos tiempos. Pues resulta que como nos lo explica Stephen Cope no resulta radical. Y al mismo tiempo resulta que sí es para tanto y también profundamente para nuestro tiempo, para nuestras inquietudes y necesidades psicológicas y espirituales de seres humanos en un país desarrollado (bueno, más o menos) del siglo XXI.

Y lo más curioso es que no hay mucha diferencia entre la búsqueda de aquellos yoguis antiguos y nuestra propia búsqueda actual. Las conclusiones de los yoguis antiguos son las conclusiones que Stephen Cope va desgranando a lo largo del libro apoyándose en los Yoga Sutras.

Unas explicaciones claras, bien entrelazadas, que se leen solas por la sencillez, la naturalidad y la impecabilidad con la que las enlaza, enraizadas en lo cotidiano y en los descubrimientos de la moderna psicología, sin alejarse una milésima de la esencia del yoga.

Estas son las conclusiones de los yoguis antiguos:

  • La realidad ordinaria en que vive la mayoría no es más que una construcción complicada basada en errores de percepción sutiles, pero importantes.
  • Los actos torpes que surgen de una mente encadenada producen sufrimiento para nosotros mismos y para los demás.
  • Las cadenas se convierten en incapacidades.
  • El proceso de desenredarse no es sencillo. Requiere un esfuerzo considerable y el cultivo de la introspección y de la habilidad mental y física
  • Al desenredarnos descubrimos que la mente a sus niveles sutiles sigue unas leyes distintas de la mente corriente.
  • Libres de las cadenas, aprendemos a dejarnos guiar por la sabiduría luminosa de la mente despierta, tomando decisiones que producen felicidad para nosotros mismos, para los demás y al mundo.

Stephen Cope me anima, me estimula a adentrarme cada vez más profundamente en la práctica del radja yoga o yoga mental, el yoga real, como se llama clásicamente. Dice:

"El yo humano está compuesto de envolturas cada vez más sutiles de materia, energía, inteligencia y consciencia… El mapa de Patanjali brinda una de las herramientas más sofisticadas del mundo para navegar por este territorio interior desconocido”

Es cierto, pero sin un buen experto en mapas resulta muy difícil llegar a donde queremos ir. Stephen Cope, con su libro, ilumina el mapa para nuestro tiempo, hace fácil lo difícil, acerca el yoga más sublime y liberador a nuestra mentalidad, nos trasmite fe y esperanza, nos ilumina. Gracias.