La autoestima y el yoga

Cuando tenemos una autoestima carente de conflicto… lo que nos motiva no es “probar” lo que valemos, sino vivir dentro de nuestras posibilidades… Si mi objetivo es demostrar que soy “suficiente”, el proyecto se prolongará hasta el infinito: un ascenso más, una conquista sexual más, una compañía más, una pieza de joyería, una casa mayor, un coche más caro; sin embargo el vacío interno no se puede llenar. En la cultura de hoy algunas personas frustradas y a las que les afecta esta situación anuncian que han decidido emprender un camino “espiritual” y renuncian a su yo. Este proyecto está llamado a fracasar. (Nathaniel Branden. Los seis pilares de la autoestima. Paidós Ibérica: Barcelona, 1995)

Está claro: los practicantes de yoga no queremos que nos ocurra tal cosa. No practicamos yoga para compensar nuestra falta de autoestima. No emprendemos un camino espiritual porque estamos frustrados y no sabemos encarar nuestro mundo ni aceptar nuestras responsabilidades. Es más, la práctica de yoga debe mejorar nuestra autoestima, no con un orgullo que nos envanezca y nos aleje de los demás, sino con una verdad que hacemos nuestra y dejamos que crezca fortaleciendo nuestro yo, nuestro propio camino, nuestro sello personal, mientras nos adentramos en el gran cambio, en la apertura que la práctica del yoga facilita.

Una espiritualidad sana fortalece la autoestima. Hay maneras múltiples de adentrarnos en el camino de la espiritualidad. Cada uno tendrá la suya, como cada uno tiene su mirada o su manera de alimentarse. Desarrollamos nuestro yo y nos hacemos únicos y solidarios, específicos. Nos pulimos y cincelamos nuestra forma personal, aunque todos, al fin, si lo hacemos bien, desemboquemos en el mismo lago.

Un camino puede ser la contemplación de la naturaleza, o el desafío a la injusticia social, la devoción ante la grandeza y el misterio del universo o la ayuda a los que más sufre. Puede ser el trabajo atento y bien hecho, o la capacidad de infundir calma, o amar y formar una familia, o la soledad sonora, como decía San Juan de la Cruz.

Hay muchas maneras de crecer. Cada uno debe encontrar su camino, no renunciar a él, como le pasó a la zorra con las uvas que, como no podía alcanzarlas, decía que no estaban maduras. Como no nos atrevemos a intervenir en el mundo decimos que despreciamos el mundo, que estamos más allá. Los yoguis y las yoguinis podemos acercarnos a nuestro mundo del siglo XXI porque no le tememos, pero nuestra mirada será distinta.

2 comentarios:

  1. Muy interesante tu texto sobre La auto estima Estoy totalmente de acuerdo

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  2. Gracias, Mucha de la Torre, desde Florida, por tu comentario. Me alegra que te haya gustado el post. Una autoestima saludable nos fortalece y nos abre al mundo. Un saludo.

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