Espiritualidad y depresión : una relación inversa

El 9 de enero de 2012 la prestigiosa revista de psicología y psiquiatría American Journal of Psychiatry ha publicado un artículo* donde se describe una investigación que tiene que ver con la influencia de la religión y la espiritualidad en el desarrollo de la depresión en hijos de padres que habían padecido la enfermedad anteriormente. Lisa Miller, Priya Wickramaratne  y otros, sus autores, ya habían estudiado y demostrado hacía unos años la asociación inversa que existe entre la espiritualidad y la depresión mayor entre adultos. Encontraron que las personas con su espiritualidad despierta tenían menos riesgo de padecer una depresión.

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Ahora, los mismos autores han investigado, en un trabajo longitudinal a lo largo de 10 años, a los hijos de estos sujetos en comparación con otros chicos cuyos padres no habían sufrido una depresión. El resultado ha sido que los hijos que informaron a los 10 años que la religión o la espiritualidad eran muy importantes para ellos tenían alrededor de una cuarta parte de riesgo de sufrir depresión mayor entre los 10 y 20 años (período estudiado) en comparación con otros participantes de su misma edad no creyentes.  Pero lo más curioso es que fueron los hijos de los padres que habían sufrido una depresión y que consideraban muy importante la espiritualidad los que estaban más protegidos contra la devastación que produce una depresión. Este grupo tenía solo una décima parte de posibilidades de sufrir esta grave enfermedad.

¿Podemos concluir, a la vista de esta investigación, que la espiritualidad es una condición esencial del ser humano y que no desarrollarla lleva a la infelicidad y a la depresión? ¿O debemos concluir que las condiciones de la vida y la soledad esencial de la humanidad son tan duras que resultan difícilmente llevaderas sin el invento de la espiritualidad o la religión? Cada uno puede concluir lo que quiera porque estas conclusiones van mas allá de los datos publicados, y en este punto no hay certezas. Los que piensan lo primero se abrirán a una condición del ser humano, la búsqueda de su propia trascendencia y la esperanza de un sentido en el universo, que ha existido siempre en él y que le realiza, le da amplitud, sentido y felicidad, y le colma en su esencia. Los segundos se preguntarán si es legítimo creer lo difícilmente creíble solo porque ejerce un efecto placebo y nos permite vivir despiertos y esperanzados con una promesa infantil, imposible de comprobar, de bienaventuranza, compañía profunda y paz.

¿Merece la pena desgastarse en esta duda? Como dijo Buda, si a un hombre le clavan una flecha y cae herido, ¿qué es preferible hacer, intentar averiguar antes de todo quién le ha disparado la flecha, de dónde era y por qué lo hizo; o le socorrerá primero tranquilizándole y arrancándole la flecha para que no muera?

Pues es lo mismo: ¿vamos a gastar la vida en la especulación y la duda si podemos actuar?

El yoga mejora nuestra salud corporal, nos aporta altura de miras y alegría, nos proporciona equilibrio psicológico y emocional --inteligencia emocional, como decimos ahora--, condiciones también estudiadas por la psicología como necesarias para sentirnos felices y en armonía. El yoga despierta en nosotros una espiritualidad serena, confiada y no especulativa. Eso sí, existen varias condiciones: hay que tener determinación, confianza, atención constante a la realidad, austeridad, y mirar con indiferencia la duda cuando surge.



*Lisa Miller; Priya Wickramaratne; Marc J. Gameroff...et alia (2012) : Religiosity and Major Depression in Adults at High Risk: A Ten-Year Prospective Study. American Journal of Psychiatry.169(1):89-94.

2 comentarios:

  1. Pues me quedo un poco "a cuadros" con lo de los hijos de los antiguos deprimidos, no sé qué pensar. Pero como tu bien dices, mejor dedicarse en el presente a ser consciente de nuestro cuerpo y espíritu. Da mas paz que elucubrar.
    un abrazo,

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    1. Y yo, también yo me quedé a cuadros. ¿Será que le vieron las orejas al lobo, cuando vieron a uno de sus padres deprimidos? ¿O verían la eficacia del desarrollo de su espiritualidad en su curación? No sé, pero Ommmm
      Un abrazo, Julia.

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