Bailar es una manera de relacionarse con el mundo, además es una forma de expresión que implica al cuerpo, los sentimientos, las emociones y el espíritu. Con el baile, encontrando nuestro propio ritmo, nuestra propia expresión, respondemos a la danza propia del universo que también baila, y participamos de ella en una manifestación misteriosa que es la vida. Si bailar es encontrar el propio ritmo a través de todo nuestro ser, del cuerpo, de los sentimientos, las emociones y el espíritu; si bailar es también responder, implicarse y descubrir nuestra relación íntima, única y precisa con lo que nos rodea, entonces el yoga es un baile. Un baile que lleva toda una vida, un baile que como el baile en la boda de Gandhi también tiene 8 pasos. Un baile que es necesario aprender, practicar y disfrutar.
Las sandalias con las que bailaba Gandhi |
Los Yoga Sutras constituyen la columna vertebral del yoga. Describen su técnica, sus consecuencias, su finalidad y su práctica. Los Yoga Sutras están divididos en 4 partes, la última de las cuales parece muy posterior, del siglo VI d. C.
La primera, Samadhi Pada, trata de responder a la pregunta de que es el yoga. Aquí se fija el objetivo esencial del yoga: la unificación de la mente. “Yogaś citta-vṛtti-nirodhaḥ”: yoga es la eliminación de las fluctuaciones de la mente.
La segunda parte, Sadhana Pada, que consta de 55 aforismos. Dedicada a la práctica, nos anima a ejercitarse en el yoga. Nos intenta convencer con el argumento de la necesidad de controlar la angustia y el sufrimiento inherentes a la vida humana, y nos orienta en la práctica.
La tercera parte, Vibhuti Pada, con otros 55 aforismos, describe los medios internos en la práctica del yoga y nos habla de las consecuencias de su ejercicio y de los poderes extraordinarios que conlleva, de los que también hay que desprenderse. En otro post hablaremos de ello.
Finalmente, Kaivalya Pada, con solo 34 aforismos, es la parte más psicológica y filosófica, la menos conocida y practicada porque trata de la naturaleza del conocimiento. Nos dice que la práctica del yoga permite aprehender la realidad, el objeto en sí mismo y, por tanto, el conocimiento del yogui se convierte en un conocimiento objetivo y directo, sin proyecciones, ni fabulaciones, ni identificaciones. También hablaremos de ello en un post posterior.
Pero ahora vamos a empezar por el baile del yoga, y ese baile consta de ocho pasos. El Sutra 28 de la Sadhana Pada nos habla de que la práctica de estos ocho pasos destruye las impurezas, la basurilla y el polvo que se van acumulando en el vivir, y nos otorga sabiduría en forma de conocimiento y discernimiento.
El Sutra 29 de la Sadhana Pada nos dice cuales son estos ya famosos 8 pasos que todo yogui debe intentar aprender y practicar:
Estos ocho pasos se deben bailar todos juntos, con atención, voluntad, fe y alegría. Todos y cada uno son necesarios. Todos se van potenciando entre sí, todos nos afinan para hacer de nuestro baile un baile más real, un conocimiento interior más profundo, una respuesta más creativa, unificada y expresiva de nosotros mismos con el universo. Todos ellos constituyen el baile del yoga, lo que es el yoga.
Estos 8 pasos del yoga que Krishnamacharya, el gran yogui que enseñó durante el siglo XIX, y sus famosos discípulos Iyengar, Pattabhi Jois, Desikachar, su hijo, e Indra Devi, revitalizaron con sus enseñanzas y llamaron Asthanga Yoga, los iremos viendo despacio, uno a uno.
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