Stephen Cope es un yogui y profesor de yoga en el Centro Kripalu en Massachusetts en EE.UU., psicoterapeuta y escritor, además de, por lo visto, pianista. Ha escrito varios libros. Entre ellos uno traducido y publicado en español en 2006 por Gaia Ediciones que se titula“La sabiduría del Yoga : guía de la vida extraordinaria para el buscador espiritual”.
Me gustaría hacer aquí un pequeño comentario porque el libro me ha producido una honda impresión. Me ha resultado ameno, incluso divertido a veces, con una gran capacidad de explicar los Yoga Sutras de Patanjali y los fundamentos más profundos y difíciles del yoga de una manera cercana a nuestra mentalidad occidental, racional y al mismo tiempo cada vez más penetrada por lo psicológico y por la búsqueda de una espiritualidad nueva que enraíce en nuestra realidad contemporánea. Ya decía Jung que casi todos los problemas con los que se encontraba en pacientes que estaban en la mitad de la vida eran en última estancia problemas de identidad espiritual.
Stephen Cope nos cuenta la vida de algunos de sus alumnos de yoga, sus problemas, su búsqueda, su entendimiento del yoga y su vida cotidiana de manera cariñosa, sencilla, entretenida, penetrante y luminosa. En este fondo tan humano traza el dibujo de los Yoga Sutras, insertándolos de una manera muy sabia en nuestros problemas cotidianos que se han ido convirtiendo en sufrimiento psicológico e insuficiencia vital.
¡Cómo se lo he agradecido! Me paso la vida intentando impregnar mi vida cotidiana de yoga. Intento acercarlo y dar sentido a través de él a mis anhelos de yogui en Cuatro Caminos, en esta plaza de Madrid, bulliciosa y acogedora, que es un espejo vivo de los problemas y circunstancias de nuestro mundo en crisis.
Intento entender el yoga en lo más íntimo de mi ser, dándole un sentido personal y actual para que sirva como herramienta y luz en las cambios de mi vida, sin conseguirlo a veces.
Creo firmemente que el yoga es una herramienta magnífica para mejorar muchos problemas que traen las personas a mis sesiones de psicoterapia. Leo los Yoga Sutras con detenimiento y veneración, y los comentarios que sabios yoguis han hecho de ellos. Algunos creo entenderlos, otros pienso un poco abatido que no son para mí, ni para este tiempo de prisa y estrés.
¡Las cosas que dice Patanjali! ¡Lo extraordinario que puede parecer el yoga en estos aforismos tan comprimidos! ¡Lo difícil que parece! ¡Lo misterioso! ¡Lo milagroso! Y después viene la duda, y la tentación del descreimiento, tan occidentales.
No será para tanto, me digo a veces, desalentado. O me digo: a mi con una versión descafeinada me basta, la radicalidad del yoga no es para estos tiempos. Pues resulta que como nos lo explica Stephen Cope no resulta radical. Y al mismo tiempo resulta que sí es para tanto y también profundamente para nuestro tiempo, para nuestras inquietudes y necesidades psicológicas y espirituales de seres humanos en un país desarrollado (bueno, más o menos) del siglo XXI.
Y lo más curioso es que no hay mucha diferencia entre la búsqueda de aquellos yoguis antiguos y nuestra propia búsqueda actual. Las conclusiones de los yoguis antiguos son las conclusiones que Stephen Cope va desgranando a lo largo del libro apoyándose en los Yoga Sutras.
Unas explicaciones claras, bien entrelazadas, que se leen solas por la sencillez, la naturalidad y la impecabilidad con la que las enlaza, enraizadas en lo cotidiano y en los descubrimientos de la moderna psicología, sin alejarse una milésima de la esencia del yoga.
Estas son las conclusiones de los yoguis antiguos:
Stephen Cope me anima, me estimula a adentrarme cada vez más profundamente en la práctica del radja yoga o yoga mental, el yoga real, como se llama clásicamente. Dice:
"El yo humano está compuesto de envolturas cada vez más sutiles de materia, energía, inteligencia y consciencia… El mapa de Patanjali brinda una de las herramientas más sofisticadas del mundo para navegar por este territorio interior desconocido”
Es cierto, pero sin un buen experto en mapas resulta muy difícil llegar a donde queremos ir. Stephen Cope, con su libro, ilumina el mapa para nuestro tiempo, hace fácil lo difícil, acerca el yoga más sublime y liberador a nuestra mentalidad, nos trasmite fe y esperanza, nos ilumina. Gracias.
Me gustaría hacer aquí un pequeño comentario porque el libro me ha producido una honda impresión. Me ha resultado ameno, incluso divertido a veces, con una gran capacidad de explicar los Yoga Sutras de Patanjali y los fundamentos más profundos y difíciles del yoga de una manera cercana a nuestra mentalidad occidental, racional y al mismo tiempo cada vez más penetrada por lo psicológico y por la búsqueda de una espiritualidad nueva que enraíce en nuestra realidad contemporánea. Ya decía Jung que casi todos los problemas con los que se encontraba en pacientes que estaban en la mitad de la vida eran en última estancia problemas de identidad espiritual.
Stephen Cope nos cuenta la vida de algunos de sus alumnos de yoga, sus problemas, su búsqueda, su entendimiento del yoga y su vida cotidiana de manera cariñosa, sencilla, entretenida, penetrante y luminosa. En este fondo tan humano traza el dibujo de los Yoga Sutras, insertándolos de una manera muy sabia en nuestros problemas cotidianos que se han ido convirtiendo en sufrimiento psicológico e insuficiencia vital.
¡Cómo se lo he agradecido! Me paso la vida intentando impregnar mi vida cotidiana de yoga. Intento acercarlo y dar sentido a través de él a mis anhelos de yogui en Cuatro Caminos, en esta plaza de Madrid, bulliciosa y acogedora, que es un espejo vivo de los problemas y circunstancias de nuestro mundo en crisis.
Intento entender el yoga en lo más íntimo de mi ser, dándole un sentido personal y actual para que sirva como herramienta y luz en las cambios de mi vida, sin conseguirlo a veces.
Creo firmemente que el yoga es una herramienta magnífica para mejorar muchos problemas que traen las personas a mis sesiones de psicoterapia. Leo los Yoga Sutras con detenimiento y veneración, y los comentarios que sabios yoguis han hecho de ellos. Algunos creo entenderlos, otros pienso un poco abatido que no son para mí, ni para este tiempo de prisa y estrés.
¡Las cosas que dice Patanjali! ¡Lo extraordinario que puede parecer el yoga en estos aforismos tan comprimidos! ¡Lo difícil que parece! ¡Lo misterioso! ¡Lo milagroso! Y después viene la duda, y la tentación del descreimiento, tan occidentales.
No será para tanto, me digo a veces, desalentado. O me digo: a mi con una versión descafeinada me basta, la radicalidad del yoga no es para estos tiempos. Pues resulta que como nos lo explica Stephen Cope no resulta radical. Y al mismo tiempo resulta que sí es para tanto y también profundamente para nuestro tiempo, para nuestras inquietudes y necesidades psicológicas y espirituales de seres humanos en un país desarrollado (bueno, más o menos) del siglo XXI.
Y lo más curioso es que no hay mucha diferencia entre la búsqueda de aquellos yoguis antiguos y nuestra propia búsqueda actual. Las conclusiones de los yoguis antiguos son las conclusiones que Stephen Cope va desgranando a lo largo del libro apoyándose en los Yoga Sutras.
Unas explicaciones claras, bien entrelazadas, que se leen solas por la sencillez, la naturalidad y la impecabilidad con la que las enlaza, enraizadas en lo cotidiano y en los descubrimientos de la moderna psicología, sin alejarse una milésima de la esencia del yoga.
Estas son las conclusiones de los yoguis antiguos:
- La realidad ordinaria en que vive la mayoría no es más que una construcción complicada basada en errores de percepción sutiles, pero importantes.
- Los actos torpes que surgen de una mente encadenada producen sufrimiento para nosotros mismos y para los demás.
- Las cadenas se convierten en incapacidades.
- El proceso de desenredarse no es sencillo. Requiere un esfuerzo considerable y el cultivo de la introspección y de la habilidad mental y física
- Al desenredarnos descubrimos que la mente a sus niveles sutiles sigue unas leyes distintas de la mente corriente.
- Libres de las cadenas, aprendemos a dejarnos guiar por la sabiduría luminosa de la mente despierta, tomando decisiones que producen felicidad para nosotros mismos, para los demás y al mundo.
Stephen Cope me anima, me estimula a adentrarme cada vez más profundamente en la práctica del radja yoga o yoga mental, el yoga real, como se llama clásicamente. Dice:
"El yo humano está compuesto de envolturas cada vez más sutiles de materia, energía, inteligencia y consciencia… El mapa de Patanjali brinda una de las herramientas más sofisticadas del mundo para navegar por este territorio interior desconocido”
Es cierto, pero sin un buen experto en mapas resulta muy difícil llegar a donde queremos ir. Stephen Cope, con su libro, ilumina el mapa para nuestro tiempo, hace fácil lo difícil, acerca el yoga más sublime y liberador a nuestra mentalidad, nos trasmite fe y esperanza, nos ilumina. Gracias.
Sí que es un buen libro sí, de esos que “abren las entendederas”, que diría mi abuela. Un libro que se lee sólo, que da pena terminar. Un libro que se sale de lo común de las publicaciones sobre Yoga que conocemos. Nada tedioso, ni ostentoso, y con esa capacidad, como tú dices, de ahondar en los Yoga Sutras y hacérnoslos más entendibles, más cotidianos, algo realmente importante, y difícil, que él consigue, seguramente, gracias a la sencillez que transmite y a la experiencia que tiene, claro.
ResponderEliminarGracias a él por escribirlo y a ti por recordádnoslo
Y gracias a ti por comentárnoslo.
EliminarEs verdad, es de los libros que hacen yoguis allá por donde "pasan".
Un abrazo.
hola, como pudiera comprarlo en forma digital?
ResponderEliminarLo siento, pero no lo encuentro en español en formato digital.
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