La crisis y el yogui o la yoguini

Esta crisis no es solo económica, que no nos lo hagan creer. Es una crisis de valores y, por tanto, política y de toda la humanidad.

La civilizada Europa no puede seguir manteniendo su estado de bienestar. Ese estado que parecía preludiar el que nos decían que vendría después, un estado ideal donde las necesidades humanas más importantes estarían cubiertas y sería posible la civilización del ocio, como decía Marcuse, se encuentra ya a años luz de esta civilización abotagada y abarrotada.

Marcuse está muerto. Es Malthus el que vive, que parecía muerto. Somos muchos habitantes en la Tierra y cada vez hay menos bienes a repartir, menos riquezas reales. Sin embargo es necesario consumir para dar trabajo a todos los más posibles -y somos muchos-, y seguir creciendo, aunque los recursos se agotan y son cada vez más caros. La lucha por hacerse rico o permanecer rico se acrecienta y se hace cada día más cruel.

¿Qué hace el yogui en esta crisis? Para el yogui parece ser más fácil, solo lleva un taparrabos. Es decir, ¿podemos prescindir de cosas para vivir con menos? ¿Podemos ser más austeros para no sufrir en tan gran medida las acometidas de la crisis que nos amenaza? ¿Puede esa austeridad hacernos libres o no hará más que frustrarnos por lo que soñamos tener y ya no tendremos?

¿Menos sanidad pública? Podemos intentar cuidarnos a nosotros mismos mejor, dice el yogui. Cuidar nuestro cuerpo con deporte y asanas, una alimentación sana y comedida, hacer consciente la respiración y buscar la fuerza de su energía.

¿Menos educación? La educación es sobre todo la búsqueda de uno mismo que da como resultado una vocación, una experiencia de maduración y la actividad necesaria y consecuente, dice el yogui. Educar es sobre todo educarse, desarrollarse, dice el yogui. Luego, la técnica se aprende rápido. No hace falta estudiar tantos años si se está aprendiendo siempre.


¿Más ocio teledirigido y manipulado? Ocio y trabajo deben fundirse cada día. El logro en el trabajo tiene que venir como consecuencia de los logros en nuestro camino como seres humanos en busca de mayor perfección. El ocio es desarrollo lúdico, sin finalidad, es juego y belleza pura. El trabajo es desarrollo social, desarrollo solidario, desarrollo propio para la sociedad y para los demás. Pero el uno no se podrá lograr sin el otro, dice el yogui. El ocio no debe ser alienante, ni embrutecedor; el trabajo tampoco, no dejéis que lo separen.

¿Mas, o menos bienes de consumo? A ver, decidámonos: ¿más, o menos bienes de consumo?, pregunta el yogui. Mas caprichos o menos, más gasto o menos, más distracciones o menos, más dependencia o menos. Si es más, procurad que los bienes de consumo sean verdaderos, que merezcan la pena: playas tranquilas y limpias, sin aglomeraciones, montes cuidados y fértiles, paz y silencio, viajes por el mundo para conocer su variedad y no sus tiendas.

Si es menos, no importa, dice el yogui, nuestro mayor bien está dentro. Nuestro mundo interior, psicológico, mental y espiritual. Consumamos contacto humano, solidaridad y ayuda, aventura, silencio interior, amplitud espiritual para ser verdaderamente creativos y disfrutar de ello.

Las crisis pueden ser un motivo de inspiración, dice el yogui, significa que estamos vivos, que nos podemos mover, que podemos probar otros caminos. Es verdad, las crisis se ven de otra manera con taparrabos.

Pero una vez dicho esto, diremos lo que decía Gandhi al final, en sus discursos sobre educación, alimentación e higiene: "...y además, debemos desafiar a los ingleses". O sea, reclamamos una sanidad universal y sufragada con impuestos, y una enseñanza plural y obligatoria cuyo coste se encuentre en consonancia con los ingresos familiares.

2 comentarios:

  1. Yogui en Cuatro Caminos me gusta tu aportación yóguica a la crisis multifacetaria que padecemos, sin desdeñar, como tú bien dices, la crisis de valores, la crisis existencial que produce un verdadero caos y una confusión muy grande en la búsqueda de sentido. Esas crisis llevan a otras como estamos viendo, pero también sirven para fortalecerse y para discernir lo necesario de lo superfluo, para ser creativo, para darnos cuenta. Gracias.

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    1. Un amigo le preguntaba a otro que había adelgazado 15 kilos, se vestía mucho más sencillamente y se había desprendido de los adornos de estatus que antes siempre llevaba encima: "Te veo fenomenal,¡como has adelgazado! ¿Que has hecho?"
      Y el otro contestaba: "¿Yo?, nada. Es que he estado en crisis."
      Sin embargo otros andan pidiendo por las calles.
      Yo creo que todos esperamos que de esta crisis salgamos como salio el primero, pero también depende de nosotros.
      A ver si lo conseguimos.
      Gracias a ti por el comentario. Un abrazo, Mu.

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